¿Qué son los chengyu?
El idioma chino tiene una larga historia, por eso es uno de los idiomas más ricos y variados. Uno de sus elementos más característicos son las frases hechas, chengyu (成语), que podrían compararse con los refranes españoles, aunque existen unas importantes diferencias que vamos a exponer a continuación:
- generalmente se componen de cuatro caracteres chinos
- contienen un significado muy concreto
- elevan el nivel del idioma de la persona que los utiliza
- cada uno de ellos oculta un cuento o historia
En este post os vamos a enseñar un par de ellos para que podáis empezar a utilizarlos:
盲人摸象 (máng rén mō xiàng)
Significado literal: ciegos tocando un elefante
Uso: este chengyu se utiliza para criticar a aquellas personas que hacen conclusiones a partir de datos incompletos.
Cuento: Un grupo de ciegos estaban reunidos alrededor de un elefante intentando encontrar a qué se parecía. Uno de ellos tocó uno de sus colmillos y exclamó: – ¡Un elefante es como un nabo!. Otro de los ciegos tocó una de sus orejas y dijo: – ¡Es como un gran abanico!. Otro de ellos pasó sus brazos alrededor de las patas de la bestia y dijo: – ¡Es como una columna!. Otro de lo ciegos puso sus manos sobre el lomo del elefante y dijo: – ¡Es como una muralla!. Por último, uno de ellos que tenía la cola del elefante dijo a los demás: -¡Un elefante es como una cuerda!. Después todos ellos comenzaron a discutir sobre sus averiguaciones acerca de los elefantes.
塞翁失马 (saī wēng shī mǎ)
Significado literal: el anciano de la frontera perdió un caballo
Uso: no hay mal que por bien no venga.
Cuento: En una región fronteriza había un anciano que poseía un caballo y un día el caballo se escapó por lo que el anciano perdió el caballo y alguno de sus vecinos al conocer la noticia fueron a consolarlo. El anciano, lejos de estar enfadado, reflexionó que quizás perder el caballo no fuera una cosa mala. Así fue, pues al cabo de unos días el caballo apareció con una hermosa yegua. De nuevo sus vecinos fueron a visitarlo, pero esta vez para felicitarlo. En este caso, el anciano no se mostró tampoco feliz pues pensó que esa suerte tan repentina podría entrañar alguna desgracia. De nuevo el anciano acertó en su sabiduría pues uno de sus hijos montando a la yegua, cayó al suelo y se quebró una pierna. Cuando los vecinos aparecieron de nuevo, el anciano con una sonrisa les dijo que quizá tampoco sea mala noticia que su hijo se rompa una pierna. Incrédulos los vecinos pensaron que el anciano estaba equivocado pero al cabo del tiempo cuando su hijo se libró de ser reclutado para la guerra comprendieron que el anciano tenía razón.